El empleo del biodiésel para grupos electrógenos y, yendo un paso hacia atrás, en motores, no es nada nuevo. De hecho, cuando Rudolf Diesel desarrolló su primer prototipo ya estaba pensando en cómo este podría funcionar en base a aceites vegetales como fuente de energía.
Con el desarrollo de la petroquímica, la idea fue perdiendo gravitación en la industria. Sin embargo, cada vez que surge alguna crisis relacionada con los derivados del petróleo, el biodiésel vuelve a cobrar protagonismo.
En Argentina, un país que importa anualmente grandes cantidades de gas oil, desde 2014 las petroleras están ofreciendo versiones del combustible con un 10% de porcentaje de biodiésel, con la proyección de ampliar esa proporción para 2030.
Biodiésel: principales ventajas
Utilizado como fuente de alimentación de motores, la utilización de biodiésel para grupos electrógenos una serie de ventajas muy concretas.
Desde un punto de vista estratégico, éste reduce la dependencia energética de los combustibles derivados del petróleo, favoreciendo el autoabastecimiento energético. En Argentina, su potencial económico es muy grande dado el alto porcentaje de soja y otras oleaginosas que produce el país.
Por otra parte, desde un punto de vista medioambiental, el biodiésel es una fuente de energía renovable, con bajo porcentaje de emisiones contaminantes. Éste reduce el 99 % de óxido de azufre (SO2) y el 63 % de hidrocarburos inquemados (HC) resultantes de la combustión. También reduce en un 22% las cantidades de monóxido de carbono (CO).
Riesgos y alertas en motores
Desde un punto de vista mecánico, existen algunas señales de alerta respecto de la utilización del biodiésel que conviene tener presente a la hora de utilizarlo como fuente de alimentación.
Al contener un alto porcentaje de ácidos grasos y ceras de origen vegetal, por ejemplo, el almacenamiento de biodiésel sin un correcto tratamiento puede generar desperfectos en las bombas y en los inyectores de los motores diésel.
Dicho esto, se recomienda a los usuarios de grupos electrógenos la utilización de aditivos especiales a los efectos de eliminar los restos de material vegetal acumulados en el depósito de combustible y también en los componentes internos del motor, tal como indica el programa de mantenimiento de estos equipos.
Los motores John Deere, por ejemplo, los cuales son utilizados por los grupos electrógenos CONDOR admiten una proporción de hasta un 20% de biodiésel. No obstante, el fabricante aclara que, utilizado en esta proporción, la potencia del motor se reduce en un 2% y el consumo aumenta en un 3%.
A modo de conclusión, recomendamos a quienes ya sean usuarios o a quienes tengan proyectada la compra de grupos electrógenos diésel la utilización de biodiésel con los recaudos necesarios, especificados en la garantía del motor, para no afectar el funcionamiento del grupo electrógeno.
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