La calidad final de un sistema de aire comprimido está directamente relacionada con su dimensionamiento, es decir, con la suma total de elementos que deben incorporarse para obtener el grado de pureza deseado.
Ciertas industrias, como por ejemplo los fabricantes de alimentos, de productos farmacéuticos o electrónicos, requieren estrictamente aire comprimido de la mayor pureza para sus operaciones.
Para lograr este objetivo se requiere equipamiento adicional como aftercoolers, secadores por refrigeración y, finalmente, filtros que proporcionan un resultado final libre de partículas de agua, polvo, aceite e incluso olores que pueden quedar en el aire.
Por lo tanto, la clave para saber qué tipo de equipamiento adicional se debe agregar al sistema es la aplicación industrial a la que se destinará el compresor.
Eliminando la humedad
Por lo general, el aire ambiente que aspira el compresor contiene vapor de agua.
Cuando se comprime el aire, aumentan numerosos parámetros clave, como la temperatura, la proporción de vapor de agua por unidad volumétrica de aire y, por consiguiente, la temperatura del punto de rocío del aire o el punto de rocío a presión.
Si el aire comprimido no se seca después del proceso de compresión, el agua se condensará cuando el aire comprimido se enfríe. El problema es que puede acumularse en el sistema o incluso dentro de los ámbitos del propio proceso de producción.
La consecuencia más grave es que el agua puede dañar no solo el sistema de aire comprimido, sino también los equipos conectados al compresor y, en última instancia, la cadena de producción.
El grado de secado del aire comprimido necesario determinará el método y el costo del secado del aire comprimido.
Secado por refrigeración
El secado por refrigeración generalmente proporciona el método más eficiente y rentable para la mayoría de las aplicaciones, asegurando generalmente un punto de rocío de presión de + 3°C.
Si se requiere un punto de rocío de presión más bajo debido a la naturaleza de los procesos en cuestión, se pueden usar secadores desecantes más complejos o secadores combinados.
Sin embargo, estos tipos de secadoras implican costos más altos como resultado de los materiales adicionales requeridos y el mayor consumo de energía.
Restos de aceite
Al combinarse con vapor de agua y restos de partículas presentes en las cañerías, las partículas de aceite que escapan del compresor forman emulsiones gomosas que tienen un efecto totalmente nocivo para componentes neumáticos y en multitud de procesos.
Para eliminar estas emulsiones se utilizan filtros separadores que son resultan muy eficaces para entrampar partículas de más de 15 micrones.
En caso de requerir una exigencia mayor, también pueden instalarse filtros coalescentes que retienen partículas sólidas de 1 a 0,3 micrones.
Restos de micropartículas
En el caso de la industria alimenticia y farmacéutica, por ejemplo, las cuales requieren un aire totalmente libre de impurezas y olores que pueda contaminar los alimentos, se utilizan además filtros de carbón activado que retienen partículas de aceite en forma de vapor que escapa a los otros filtros.
En la industria, el uso de esta batería de filtros es acumulativo, es decir que se colocan uno después del otro en función de la calidad de aire necesaria.
¿Qué grado de pureza necesita cada industria?
Para determinar con precisión qué grado de pureza necesita cada cliente, lo que solemos hacer desde CONDOR GROUP a la hora de brindar asesoramiento es solicitar al cliente información sobre la máquina o herramientas a las que abastecerá el compresor.
Conocer las especificaciones técnicas de estos equipos, un plasma de corte, por ejemplo, nos permitirá determinar qué tamaño de secador de aire y cuántos filtros se necesitarán agregar al compresor a tornillo para obtener la calidad de aire necesaria para la operación.
Esta información nos permite ganar un tiempo muy valioso a la hora de dimensionar la instalación de aire ajustada a las condiciones de trabajo de cada cliente.