En la actualidad, la producción de energía industrial, comercial y de consumo es un proceso caro, poco eficiente y, por ende, que genera desperdicios en todo el mundo.
En países importadores de energía como la Argentina, esto tiene consecuencias aún mayores, con lo cual principios como la eficiencia energética vuelven a cobrar gran importancia entre las empresas.
Con la generación a partir de los recursos renovables, como la energía solar, eólica o el biogás —un recurso con gran potencial en la zona pampeana de Argentina—, se prevé una mayor oferta energética destinada a la producción, a un costo menor que los actuales valores de mercado.
A su vez, el desarrollo de nuevas tecnologías como los autos eléctricos, por ejemplo, también demandarán una mayor cuota de energía eléctrica disponible y, consecuentemente, el desarrollo de nuevos formatos de carga y almacenamiento.
Tendencias en energía aplicada
Estas son algunas de las principales tendencias en energía aplicada para los próximos años:
/ Las energías renovables serán una realidad
A nivel mundial, las empresas e incluso los gobiernos están invirtiendo en proyectos de generación a partir de recursos renovables.
En Argentina se ha sancionado y reglamentado la Ley 27.191, la cual establece una cuota de consumo de energía a partir de fuentes renovables del 8% en 2018 para aquellas empresas que tengan un consumo igual o superior a los 300 kW. Por su parte, el Ministerio de Energía y Minería de la Nación lanzó el programa RenovAr, a partir del cual ya se licitaron más de 50 proyectos de generación, de los cuales 27 ya registran avances, según fuentes oficiales.
/ Precios más competitivos
Con una mayor cuota de energía disponible, se espera costos energéticos más claros y racionales. La implementación del modelo FIT (feed in tariffs), a través del cual se establece una tarifa especial sobre la unidad de energía renovable inyectada a la red por el actor que la genere, sean estos individuos o empresas, en países como Alemania, Dinamarca o España es una realidad en este sentido.
En el caso de la energía solar, un formato muy desarrollado en España, por ejemplo, la entrada en vigor del marco regulatorio durante 2018 habilitará las subastas de energía para proyectos de montaje a gran escala.
/ Servicios interconectados a través de Internet
La introducción de tecnologías de la información como el Big Data o la Inteligencia Artificial (AI) ya están cambiando el paradigma productivo en la industria. A partir de éstas se han desarrollado nuevas funciones como la interoperabilidad, la descentralización, la orientación de servicios, la modularidad y el monitoreo en tiempo real de las operaciones en prácticamente todos los sectores productivos.
Según informan medios especializados, de acuerdo a las estimaciones de la Unión Europea, la digitalización de productos y servicios aporta a la industria más de 110.000 millones de euros anuales.
/ Compromiso de reducción de gases contaminantes a nivel global
A partir del acuerdo logrado en París durante la Conferencia de Cambio Climático en 2015, de la cual participaron más de 40.000 expositores de diferentes países, países como Alemania —destinará un presupuesto de 50 millones de euros para la creación de un fondo internacional de adaptación climática—y el Reino Unido —eliminará todas sus plantas de carbón para el año 2025— se comprometieron para trabajar seriamente este tema.
Sin dudas, el aumento de la oferta energética, en el corto y mediano plazo, a partir de fuentes renovables y también los nuevos adelantos tecnológicos habilitarán nuevos formatos y usos de la energía en la industria.