El mantenimiento para grupos electrógenos, para compresores de aire, para herramientas neumáticas y, por extensión, para la maquinaria industrial, está directamente asociado a los beneficios por productividad.
Obtener el mayor rendimiento posible requiere de la realización de los respectivos servicios a cada equipo en tiempo y forma, con el objetivo de evitar paradas y reparaciones imprevistas.
Mantenimiento para grupos electrógenos
Uno de los mayores riesgos asociados a la operación de estos equipos en la actualidad está relacionado con el alto porcentaje de biodiesel que están presentando las distintas versiones comerciales del gas oil en Argentina.
Esto representa una amenaza latente para los sistemas de inyección del motor: bomba de inyección, inyectores; o inyectores-bomba, en el caso de los motores Scania, por ejemplo.
En algunos casos estos componentes pueden rectificarse mecánicamente, pero en otros no, debiendo reemplazarlos por los repuestos originales, dado que su función es vital para el motor, generando un gasto imprevisto para las finanzas.
Si bien estas situaciones son indeseadas en todos los casos, existe la posibilidad de anticiparlas e incluso evitarlas directamente mediante rutinas de mantenimiento preventivo como una inspección periódica y la utilización de los aditivos adecuados.
Estas visitas preventivas también ayudan a identificar otras situaciones como, por ejemplo, el estado de las baterías para el arranque del grupo electrógeno y los conexionados; la tensión de las correas del motor; e incluso el funcionamiento de las alarmas y los controles de seguridad.
Caso 1. bomba inyectora de motor John Deere con cabezal cortado producto de acumulación de parafinas y restos de agua en el combustible.
Servicio para los compresores de aire
Respecto del mantenimiento de los compresores de aire, la mayor parte de las reparaciones que vemos a diario en fábrica están relacionadas con dos grandes causas: ventilación deficiente o escasa y la utilización de aceite inadecuado.
En el caso de la primera, muchos clientes no tienen en cuenta que la ubicación del compresor requiere un ingreso de aire libre de partículas o impurezas contaminantes.
Sumado a esto, la falta de limpieza en el caso de los compresores a tornillo, por ejemplo, incide directamente sobre su desempeño térmico.
La grasitud generada por el contacto entre los restos de aceite y polvo se pega a las celdas del radiador, haciendo que éste pierda su efecto disipador de temperatura, provocando paradas por exceso de temperatura.
En el segundo caso, la utilización de aceite que no cuente con la densidad y los aditivos adecuados para lograr la delgada capa de lubricación que requiere el correcto desempeño de los tornillos puede ser letal para el equipo.
La utilización de un aceite con la densidad incorrecta puede provocar una lubricación inadecuada de la unidad compresora (con el riesgo latente del “agarre” de los tornillos), el taponamiento de filtros y, consecuentemente, las pérdidas del aceite.
En el caso de los compresores a tornillo CONDOR, recomendamos y garantizamos la utilización del aceite especial LUBE 68, el cual es formulado en laboratorio y cuenta con todos los aditivos anti desgaste y anti herrumbre para extender la vida útil del equipo.
Caso 2. De izq. a derecha, prefiltro tapado, pistón y bielas destruidas por aceite inadecuado y sobrecalentamiento de bobinado por baja tensión.
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